Mi Apología al 2018
Hace tres meses, si me preguntaban cómo había sido mi 2018 seguro habría pensado: "Triste, estoy rota, no sé cómo hacer las cosas bien, no entiendo por qué pasa todo ésto y cómo puedo superarlo, in fact, NO ENTIENDO NADA", pero seguro habría dicho: "No muy bien, pero sigo aquí".
Mediados de año fue un "turning point" para mi. Cuándo veo hacia atrás sobre todo lo que hice este año, siento que estuve en un sueño profundo los primeros 6 meses del año 2018. No un sueño bonito, más bien de ésos que cuando te despiertas no te acuerdas de nada de lo que soñaste. Da miedo. Pero por otro lado, los últimos 6 meses del año en los que sí estuve despierta, se sintieron pesados, fueron difíciles, decisiones y cosas que jamás pensé que a mi me tocaría experimentar tocaron a mi puerta. Me imagino que como estuve "dormida" tanto tiempo, las cosas debían ser intensas en lo que quedaba del año para aprender mis lecciones. Lo hice.
No todas, he de confesar, sigo trabajando en muchas de ellas. Pero he aprendido y aprendido en serio. Ahora que tengo la posibilidad de mirar hacia atrás, puedo ver con claridad el por qué y para qué. Y estoy agradecida de sentir que cuento con algo más grande que yo que me quiere ver feliz, realizada y por sobretodo, llena de amor y extendiendo esa luz a los demás. Fui parte zombie éste año, acepto esto con un nudo en la garganta porque sí. No puedo cambiar lo que pasó pero sí puedo decidir aprender y hacerlo mejor. Lo estoy haciendo y se siente fantástico.
Me emociona el 2019 por todo lo que aprendí en el 2018. Ya no lo veo cómo "un año de mierda" porque no lo fue, fue un año que me abrió los ojos para regresar a mi hogar infinito: yo misma, y me encantó poder entender ésto. Mi promesa para terminar el 2018: "Ser Yo Misma Sin Disculparme" y mi mantra más reciente es "Sé como el Sol: Presente y Consciente". No tengo miedo de tomar mis propias decisiones, no tengo miedo de mostrar quién soy en verdad, ni tampoco de ser leal a mí misma. Me debo esto. Estoy lista y es por eso que todo lo difícil tiene una razón. 2018 fue pesado para muchos, pero nos veo con ganas de hacerlo mejor, de aprender, de superarnos y de luchar por nuestros sueños: nosotros mismos. Porque al final, todos queremos ser felices. Nuestros sueños somos nosotros.
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